Un martes encenderemos una vela rosa y una vela azul celeste mientras decimos:
"Oh poderoso San Valentín, glorioso mártir de Cristo que diste tu vida por tus convicciones y por amor a Dios.
Que ese mismo amor que profesaste sea el que rija mi vida, que mi pareja sea una conmigo, que nuestra unión sea duradera y llena de amor.
Protégenos contra todo mal, las infidelidades, contra las envidias, contra la desesperanza, que seamos una sola carne y una sola mente.
Que estemos unidos a Dios por la gracia de su intercesión. Amén"